Con Carlos Reinoso o Alfredo Tena en el banquillo, la defensa sigue siendo el asunto pendiente del equipo, el que preocupa, porque a los 13 segundos Richard Ruiz desbord— por derecha y centr—, Armando Navarrete y Juan Carlos Valenzuela no alcanzaron a cortar el esfŽrico y Javier Yacuzzi empuj— a las redes.
No import— que Tena pusiera una l’nea de cinco hombres con Aquivaldo, Diego Reyes y Valenzuela de centrales, m‡s los dos carrileros, Oscar Rojas por izquierda y Paul Aguilar por derecha. El tal—n de çquiles de las çguilas en la campa–a, la descoordinaci—n, el destiempo en la zaga ya era evidente.
Lo mismo al principio que al final. A los 88'. Raœl Enr’quez pudo sellar el partido a favor de los Xolos, ahora con un arribo por izquierda y ya desbordada la defensa, pero un error de concentraci—n le hizo mandar el bal—n a la tribuna con el arco vac’o.
Tijuana es un cuadro bien armado. Con resultados no acordes a su funcionamiento y la paciencia no suele ser aliada o consejera de los que se asoman al precipicio.
En el debut de Antonio Mohamed, que qued— en lugar de Joaqu’n del Olmo en la direcci—n tŽcnica, opt— por lo m‡s elemental, acomodar a sus hombres para destruir y despuŽs atacar a velocidad. Se encontr— con un gol antes del minuto de juego y tras los 90 dej— la cancha con bronca.
En el inter sus hombres entendieron lo que ten’an que hacer, detener los arribos de los amarillos y brincarse la l’nea media para ir directo al arco rival con Dayro Moreno y JosŽ Sand, acompa–ados por Ruiz y Yacuzzi por las bandas.
La f—rmula, que le dio bien pronto resultado, estuvo a punto de darle m‡s cuando Sand conect— de cabeza y Navarrete vol— y desv’o el bal—n que todav’a peg— en el travesa–o a los siete minutos.
AmŽrica con la desventaja a rastras de manera tan inmediata hubo de reconstruirse a s’ mismo sobre la marcha, mientras en la banca Tena intentaba reinventarlo.
Coloc— a Montenegro de contenci—n y çngel Reyna de 10. En teor’a mucho toque en el medio campo, mucho control del bal—n, que s’ lo tuvo, pero en la realidad poca, muy poca pegada.
En la primera mitad, s—lo Ben’tez se acerc— al gol cuando con un tiro de media distancia prob— a Cirilo Saucedo, que fue un pre‡mbulo de lo que ven’a.
Ya en la segunda parte, Saucedo defini— todo y por las u–as casi lo hace a su favor.
El arquero enfrent— lo que le enviaron BŽn’tez, Molina, Reyes, M‡rquez y compa–’a e hizo al menos cinco o seis atajadas de gran manufactura para mantener la ventaja de su equipo.
Pero si alguna virtud tuvo AmŽrica la tarde del domingo fue empujar hasta el final y buscar en todo momento el partido.
As’ a los 86', cuando ya se ve’a a lo lejos los tres puntos para los Xolos, Gallardo centr— por izquierda, la defensa sali— a destiempo, y Ben’tez rode— a Cirilo y el ‡rea de Tijuana para disparar, por los pelos Saucedo de nueva cuenta le saca el bal—n, pero no lo consigui—.
Todav’a vino la jugada de Enr’quez y la sensaci—n de un AmŽrica desbordado.
